NOSOTRAS EN LIBERTAD: LA MEMORIA HISTÓRICA HECHA PALABRA

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Margarita Palacio, presidenta de la Asociación de Mujeres “La Colmena”, presentó el libro “Nosotras en Libertad”, del que es co-autora. Primero fue en el Centro Universitario San Martín (CUSAM), que funciona en la Unidad Penitenciaria N° 48, de José León Suárez, y más tarde, el mismo 8 de septiembre pasado, en el Campus Miguelete de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

La obra reúne el testimonio de 200 ex presas políticas argentinas, oriundas de diferentes regiones de nuestro país. Todas padecieron el encierro con motivo de su militancia social y política, durante los años en que el terrorismo de Estado asoló nuestra Patria. Su lugar de encuentro forzoso fue la cárcel de Devoto, ubicada en el barrio del mismo nombre, en nuestra Capital Federal.

Por el momento el libro está disponible sólo en su versión web (nosotrasenlibertad.com). La presentación está dividida por regiones y cuenta con canciones de bienvenida, interpretadas por Teresa Parodi, Verónica Condomí y Marian Farías Gómez. El diseño artístico (ver ilustración de tapa) pertenece a Mariana Ardanaz, que trabajó en coordinación con un amplio y creativo equipo de producción.

En el CUSAM, presentaron a Margarita, Nora Rodríguez, referente de la Cooperativa de reciclado “Bella Flor”, Alicia Bello y Adriana Chein, ex presas políticas, Alejandra de Gatica, Secretaria Académica de la UNSAM y Nancy Salvatierra, directora del grupo de teatro “Osadía” y miembro del Equipo de Articulación Territorial de la UNSAM. Por la tarde, en el Campus Miguelete, el panel contó con la presencia de la Ministra de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Cristina Álvarez Rodríguez.

Estamos en el penal, aquí vivencian y sueñan compañeras y compañeros que quieren otro destino para sus vidas. Los milicos de la dictadura quisieron destruir nuestra libertad, nos quisieron destruir como personas. Pero cuando salimos volvimos a hacer lo que hacíamos antes, trabajar con nuestros pibes y nuestras pibas que están en los barrios más pobres, que es donde estamos nosotras, para que el pobrerío salga de su situación injusta. Así creamos una asociación con las mujeres de Villa Hidalgo…Una nunca debe perder su dignidad y su condición de ser humano y eso sólo se consigue compartiendo, porque nadie se salva en soledad.”, expresó Margarita Palacio.

Nancy Salvatierra la presentó así: “Margarita es nuestra querida Marga…cada rincón de nuestro territorio educativo tiene mucho que agradecerle, su empuje e incansable lucha por el reconocimiento de una educación popular y de calidad para nuestro piberío, como ella dice, exigiendo siempre la excelencia para nuestros niños y niñas, sin descanso, sin pausa, con la fortaleza y la ternura de la lucha colectiva. Camina los pasillos del barrio convocando a las marchas a veces artísticas, a veces de denuncias por injusticias, siempre ocupando y ganando la calle. Marga es una de nuestras inmensas Venus del Reconquista, una de nuestras lideresas, construye lazos tan fuertes capaces de desafiar a cualquier poder, contagia e impregna sus saberes a nuestras pibas. Es nuestra gran alquimista, transforma en belleza a su paso cada rincón de nuestra comunidad, enalteciendo generosamente la existencia… haciendo un poquito más justa la vida de muchas personas”.

Cristina Alvarez Rodríguez,  por su parte, expresó: “Margarita es de esas mujeres que nos conmueven profundamente con su ejemplo, su acción, su voluntad de transformación de la realidad. Es lo que admiro de ella, me siento su compañera y su amiga. Estoy acá para decirle cuánto la amamos y qué necesaria que es para nuestro territorio”.

Las autoras señalan en la introducción al libro: “Todas sentimos lo mismo: nunca imaginamos llegar tan lejos en la vida, vivir tantos años. A los veinte nos rodeó la  muerte y la cárcel de la dictadura. Todas tenemos un ser querido -o varios- muerto o desaparecido. Pero también todas nos aferramos a la vida, es nuestra forma de resistir. Resistimos viviendo hasta el límite… Escribimos y contamos para seguir viviendo cuando no estemos más. Y pudimos ser felices, reír, cantar, gritar, trabajar, marchar, votar. Por nosotras y por los que no pudieron llegar y -ahora- por las compañeras que tuvimos que despedir.

Ellas también están en este libro, son quizá la presencia más fuerte y más convocada cuando escribimos nuestras historias y reflexionamos sobre este hijo común que es Nosotras en Libertad… ESTAMOS TODAS, SOMOS TODAS.”.