LAS RADIOS COMUNITARIAS CONSTRUYEN DEMOCRACIA

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El Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), realizó su 20° Asamblea Anual, en la ciudad de Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa (Foto). El 21, 22 y 23 de abril fueron días de debates, ponencias y resoluciones. Participaron noventa radios, de las 20 asociadas de todo el país, a través de 150 representantes.

En el encuentro se aprobó la incorporación de 10 radios más (*) y podrán formar parte de esta red de emisoras, las radios on line de gestión comunitaria. Se considera que una radio es “comunitaria”, cuando pertenece a una organización del “Tercer Sector Social”, no privado comercial ni estatal. Por ejemplo: asociaciones civiles, fundaciones, cooperativas, mutuales y radios de pueblos originarios.

Las primeras radios comunitarias se remontan a la década del 80´, del siglo pasado, con una democracia formal, recientemente recuperada. Pero sólo en el presente siglo, obtuvieron su reconocimiento legal pleno, mediante la sanción de la actual Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en el año 2009. Hasta ese momento, por el decreto “Ley” 22.285 de la última dictadura en Argentina, sólo podían ejercer la radiodifusión el Estado y las personas físicas o jurídicas comprendidas en la Ley de Entidades Comerciales, con fines de lucro (**).

FARCO tuvo sus antecedentes históricos en los años 80´y 90´, en la Asociación de Radios Comunitarias (ARCO) y en la Federación Argentina de Radios Comunitarias, que utilizaba la misma sigla actual. Así las organizaciones sociales que se decidieron a ejercer la comunicación como un derecho humano y no sólo como una actividad comercial, transitaron por períodos de persecución y resistencia, porque el Estado las consideraba “clandestinas”, según la normativa vigente entonces.

En realidad, lo único ilegal era la “ley” misma, dictada por quienes usurparon el poder, derogando la Constitución Nacional. Pero la sociedad argentina le otorgó “legitimidad” a las radios comunitarias, con una audiencia masiva y anunciantes, en cada barrio, pueblo o ciudad de nuestro país. Permanecieron, se sostuvieron económicamente, y abrieron un capítulo nuevo en la historia de la radiodifusión.

Su modelo de gestión es participativo. Su programación va por fuera de los formatos, -verdaderos moldes- de los medios de comunicación concentrados de las multinacionales. Su titularidad pertenece a organizaciones sociales, religiosas, culturales, de la economía popular, de los pueblos originarios, etc. Por todo ello, estas radios aportan a la democratización de la comunicación y de la sociedad.

La vigencia y fortaleza de estas experiencias demuestra que, la comunicación lejos de ser un servicio más, es un derecho tanto subjetivo individual como colectivo o “difuso”, como se denomina a los derechos participados grupalmente. Además, sostenemos que la comunicación, tanto personal como mediática, es “estratégica”, para la democracia, en la medida en que se garantice la “multiplicidad de voces” y se termine con los “monopolios informativos”.

 

Nota de la Redacción: (*) Entre las nuevas radios asociadas a FARCO están FM Sapucay, de Colón Entre Ríos, apadrinada por FM Reconquista, de José León Suárez. Y FM Carlos Murias, de San Carlos Minas, Córdoba, el lugar de nacimiento del fraile franciscano, martirizado en La Rioja por la última dictadura argentina, tan recordado en José León Suárez, donde ejerció su labor pastoral en los años 70’.

(**) Las radios PYMEs, también eran consideradas ilegales, ya que por muchos años, los “concursos” de “licencias” de radiodifusión permanecieron cerrados.