"PUESTO VIEJO" ¡AL NACIONAL!

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Colaboración literaria de Emiliano Vallejos.

Son pocas las cosas que ponían feliz al “Flaco” Aguirre. Diez años trabajando en la mina de hierro, en su Puesto Viejo natal, habían hecho del “flaco” una suerte de rutinario autómata. La cosa cambiaba radicalmente, cuando jugaba al fútbol. Amaba profundamente ese deporte. Pero tenía un problema serio... era, pésimo.

Las sensaciones que provocaba su producción futbolística iban desde la risa, la vergüenza ajena y el llanto ¡Pobre flaco! Lo único que amaba realmente en esta vida, era justamente aquello en lo que peor se destacaba. Un nueve de área con mucho gol, pero... ¡en contra!

Flaco, el domingo hay partido, si no llegas no hay drama”, le decía el técnico, con la esperanza que el entusiasta y magro futbolista amateur tuviera algo mejor que hacer. Puesto Viejo F.C. era el equipo en que “el flaco” depositaba sus amores, además de sus estériles esfuerzos deportivos.

Una temporada de resfríos y el triste deceso de un familiar lejano, mantuvieron alejado algunas fechas a nuestro “goleador” de los compromisos del equipo. Llamativamente, fue la mejor racha del club en mucho tiempo, logrando una victoria clave ante Deportivo Aguas Calientes, en la liga regional, dando la posibilidad histórica, de clasificar al nacional.

En la primera práctica de la semana, el aire se cortaba con un cuchillo. Algo pasaba, pero el flaco no entendía qué. Al cuarto gol en contra que anotaba -obviamente sin querer y disculpándose con sus compañeros- el capitán del equipo, el “corcho” Mamani, tomó la palabra: “Mirá chango, esto no es lo tuyo, tenés la pata más dura que estofado de ladrillo”.  Sin más, en esos duros términos comunico al triste delantero, que era separado del plantel. El flaco estaba destruido.

Esa misma semana, mientras picaba una veta en la mina, escucho desde una oscura esquina de aquel lúgubre lugar, que le chistaban... “chissst.... ¡eu! esta es mi cueva” .... pensando que era un compañero jugándole una broma, continuó su labor sin darle importancia, hasta que fue golpeado por una pequeña piedra, al grito de “¡ESTA, ES MI CUEVA!...va a querer algo o no?”... ya un poco asustado, el flaco, alumbró aquel rincón y para su sorpresa, vestido de gaucho, con una barba blanca, sombrero negro, y una guitarra en mano, el diablo lo miraba, con sus ojos amarillos, tez rojiza, y unos cuernos que arrugaban el sombrero. “Le queda gracioso”, pensó el flaco. “No sea insolente, mijo, le perdono eso” exclamo el maligno ser, como si hubiese escuchado aquel pensamiento... “hablemos de negocios”, completó Lucifer.

Los memoriosos del pueblo cuentan que, en el partido de ida, para llegar al nacional, el Club Argentino, de Rosario de la Frontera, llegaba como absoluto favorito.  Puesto viejo F. C. había sufrido la irreparable baja de su capitán, el “Corcho” Mamani, quien, desde hacía varios días se hallaba con una muy extraña descompostura que no le permitía alejarse más de cuatro metros a la redonda de su toilette. Los jugadores le rogaron al flaco que volviera, porque faltaba uno para afrontar tan importante cotejo.

Puesto Viejo era visitante, y todo Rosario de La Frontera se había paralizado para ir a apoyar al Club Argentino. “¡Qué buenos botines! Flaco”, “han de ser caros”, le decían sus compañeros en el vestuario. Quienes estuvieron aquella tarde, comentan que el flaco salió a la cancha con el porte de un general romano, guiando a sus centuriones a la batalla, con un llamativo calzado dorado, raro, para la época.

Todo fue magia. La prensa local, rezaba en los tabloides zonales “Club Argentino HUMILLADO”. “¿Puesto Viejo al nacional?...FALTA POCO”. El visitante se impuso por diez a cero ante el favorito, con diez goles del Flaco. Uno más poético que el otro, comentan quienes tuvieron la suerte de estar. El pueblo tenía un nuevo héroe, y era el Señor Aguirre. Esa semana el capataz de la mina, le dio franco. Todos le palmeaban la espalda, invitaban tragos. Muchos tragos. Tantos, que olvidó sus botines en vaya a saber dónde.

Al partido de vuelta, con Puesto Viejo prácticamente ascendido, por diferencia de goles, y jugando de local ante toda su gente, se pudo ver al flaco parado en el centro del campo de juego, llamativamente calzado con unas “Flecha” azules, con un agujero en la punta en cada zapatilla, las mismas de siempre, y blanco de terror.... como si quisiera huir.

Es difícil que un viejo vecino de Puesto Viejo hable del tema. Pero, tras varios intentos logramos unificar testimonios que afirman que, esa tarde, el Club Argentino, sin mucho esfuerzo, venció por once a cero a Puesto Viejo F. C. Nada más ni nada menos que ¡once goles en contra! del Flaco Aguirre, quien, tras el pitazo final del árbitro del cotejo, huyó despavorido hacia la ruta. Algunos camioneros dicen, que lo cruzaron en Neuquén. Otros, que atiende un parador en General Pizarro, Salta, y que aún conserva unas “flecha” azules, colgadas en la pared.

 

Nota de la Redacción: La vieja mina de "Puesto Viejo" cerró en los años 90¨ del siglo XX. Se encuentra en el municipio y departamento El Carmen, provincia de Jujuy. Esta zona minera fue la cuna del gran artista popular Jorge Cafrune.

 

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