Por Eduardo Verón (*)
Las tierras suarenses, en las que hoy se emplaza la mayor concentración de residuos del país (Relleno Norte III- CEAMSE), y de emisión de metano en el mundo, tiene numerosos puntos de arrojo clandestino de residuos, altos índices de pobreza y de informalidad laboral. Hace un siglo contaba con importante riqueza en sus suelos, que fue extraída y en su lugar se dejaron huecos, que en la actualidad son llenados de basura.
En el marco de estudios sobre degradación ambiental, investigué el origen y la historia de lo que hoy son tosqueras/lagunas que se encuentran descubiertas y otras que fueron cubiertas. Las tosqueras son pozos anchos que tienen una considerable profundidad, que dependiendo el caso pueden alcanzar los 25 metros. Estos pozos son resultado de la extracción de tosca; un tipo de tierra arcillosa de color rojizo que se encuentra en capas inferiores del suelo, muy útil para construcciones sólidas.
Consecuencia de las excavaciones y extracción de tosca, quedan pozos en los suelos. Aunque existen normativas para el control durante la actividad y posterior a ella, con el tiempo suelen llenarse con aguas residuales domiciliarias, basura, escombros, restos de residuos de poda, entre otras. Las tosqueras en el partido de General San Martín se encuentran en Loma Hermosa y otros barrios de José León Suárez, lindando con el Río Reconquista.
Las excavaciones tuvieron lugar en dos momentos: a principios del siglo XX, los terrenos cercanos al Río de la Reconquista, que en ese momento se llamaba el Río de las Conchas, eran chacras que pertenecían a una decena de familias que proyectaban utilizarlas para cultivos. Debido a las fuertes inundaciones por el desborde del río, las familias propietaria buscaron estrategias de intervención para cumplir su objetivo de uso de las tierras.
Para ello, contrataron al ingeniero Juan Carlos Tambutto en 1918, a los efectos de encontrar solución al problema. En consecuencia, las acciones desarrolladas en el área fueron: construcción de terraplenes de contención y plantación de distintos tipos de árboles como sauces y eucaliptos.
La construcción de terraplenes encuentra huellas en la actualidad, ya que esa obra requirió la perforación de los suelos formando huecos que impactaron en la vida de la población de manera importante en aquel momento y por varias décadas posteriores. La arena extraída en las perforaciones mostraba particularidades que consistían en la composición de restos fósiles con la que contaba, la pureza del material y la edad de los suelos, características que no se encontraba en las tierras de la provincia de Buenos Aires. Estas características produjeron que se defina un nuevo tipo de capa a la que se denominó Puelchense.
El material extraído tuvo importante relevancia en la época, ya que no era simplemente tosca, como lo extraído en otros sitios, sino un tipo de arena de muy alta calidad, que fue estudiada exhaustivamente por prestigiosos paleontólogos desde 1918 hasta 1948 cuando se publicaron resultados finales sobre la composición de fauna, flora, edad e historia de la capa de arena Puelchense.
Los pozos que quedaron como huellas de los años de excavación a principio del siglo XX permanecieron hasta los primeros años del siglo XXI como parte del hábitat de los vecinos. Aunque desde el inicio se observó el peligro de estos huecos, tanto por los más de 30 metros de profundidad como por zonas que tienen boquetes debajo de una fina capa de tierra, en constante posibilidad de derrumbes y bordes costeros deslizantes en las lagunas que se formaron, no se consideró alarmante debido a que, en aquellos años, no se asentaba población allí.
Pese a ello, los dueños de la arenera y los ingenieros involucrados en la industria desplegaron algunas acciones en las lagunas que resultaron de la actividad extractivista. Por un lado, 10.000 metros cuadrados se aprovecharon para la construcción de una pileta de natación que fue rodeada por un parque. Se inauguró en 1938 bajo el nombre de Balneario de Villa Ballester, popularmente conocida como Piletas Marimón, por el apellido de su dueño, al que asistían decenas de familias cada fin de semana.
El balneario fue muy popular entre la década de 1940 y 1970, luego de esos años encontró su decadencia y posterior abandono. Hasta los primeros años del 2000 el área estuvo baldío, solo predominaban los eucaliptus y restos del balneario como mesas y asientos de cemento, algunos resabios de las piletas y sectores de cancha. Hacia el 2005 los terrenos fueron tomados y se construyó un asentamiento, el barrio “Los Eucaliptus”. El proceso de urbanización en el barrio tuvo cómo principal obstáculo el carácter inundable de las tierras, inundación que ocurría no por el desborde del río ni por fuertes lluvias sino porque la capa de agua subterránea (napa) se encuentra muy cerca de la superficie, lo que genera la constante emergencia de agua.
Otro pozo de 200 metros cuadros que se había llenado de agua emergente de los suelos, por ser un área de humedal, se utilizó para el cultivo del pejerrey. Los paleontólogos encontraron suelos propicios para criar este tipo de peces tomando como ejemplo el caso de laguna de Chascomús. La laguna fue nombrada como “Laguna del Pejerrey” y fue un espacio de pesca y de refresco para los vecinos, aunque sumamente peligroso por las particularidades de hundimiento. Recientemente, la laguna fue cubierta totalmente con tierra para evitar accidentes.
La laguna Libertador se encuentra bordeando el kilómetro 7 de la autopista Camino del Buen Ayre y es el resultado de distintos procesos extractivistas que hubo en la zona. Aunque existen diferentes relatos de cuándo se formó esa tosquera, hay consenso en que su origen fue a fines de la década de 1970, bajo la última dictadura cívico-militar, con el propósito de extraer tosca para la construcción de la autopista. No se descarta una extracción previa, a principios del siglo XX, con la construcción de los terraplenes en la zona por lo que esa laguna puede haber sido producto de un doble proceso extractivista. Lo empírico es que la laguna existe y efectivamente se formó a causa de la extracción de tosca y la emergencia de agua de las napas.
Hasta 1998 los terrenos lindantes a la tosquera estuvieron baldíos y fueron utilizados para el arrojo clandestino de residuos, tanto por vecinos de la zona cómo por camiones de basura que llegaban al lugar y descargaban su contenido.
Los terrenos lindantes a la laguna Libertador fueron ocupados en diferentes momentos del año 1998 y por distintos grupos de familias, lo que resultó en la conformación de tres barrios con diversas identidades, orígenes y formas organizativas: “8 de Mayo”, “Costa Esperanza” y “Costa del Lago”.
(*) Eduardo Verón: Vecino suarense, licenciado en Ciencia Política y doctorando en Ciencias Ambientales, becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) . Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @edupuntoar
Nota de la Redacción: Este artículo es un extracto de una investigación mucho más extensa,con la cual se elaboró un capítulo de un libro sobre el Conurbano Bonaerense. Para ello se recurrió a bibliografía disponible y a entrevistas a referentes vecinales de la zona estudiada.